lunes, 2 de junio de 2014

La mita

                       




Para proteger a las comunidades indígenas de la codicia de algunos españoles, Toledo propuso la creación de “pueblos de indios” dotados de tierras propias. Por otro lado, el virrey estaba convencido de la necesidad de asegurar el acceso directo de la Corona y de otros españoles  a la mano de obra indígena, que hasta entonces monopolizaban los encomenderos. Para ello, se organizó un sistema de turnos de trabajo rotativos que se aplicaba a diversas actividades como minería, construcción y agricultura. Este sistema, que evocaba a otro similar de origen prehispánico se llamó mita.
                                                                       


La mina fue una insaciable devoradora de hombres: el trabajo excesivo en condiciones insalubres provocó el despoblamiento de las tierras indígenas. En la región de Potosí los indios y sus familias  dormían y morían a la intemperie, bajo un clima muy frío correspondiente  a los casi 5000 metros de altura. El estado de los yacimientos era calamitoso: los caminos en la mina estaban ciegos y a cada paso los indios tenían que arrastrarse; también eran frecuentes los derrumbes. Además los mitayos estaban muy mal alimentados, ya que el mísero salario que recibían apenas alcanzaba para las hojas de coca, que masticaban para superar el mal de altura o apuntamiento, y para la chicha de maíz que les permitía paliar la sensación de hambre. En estas condiciones los indios salían de la mina transpirados, cargando el pesado mineral sobre sus espaldas, intoxicados por las emanaciones de mercurio en el interior de las galerías, y tenían que soportar el intenso frío a la salida; muchos enfermaban gravemente y caían muertos.






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